miércoles, 5 de diciembre de 2012

Lengua y nación

Los nacionalismos se basan en el sentimiento de pertenencia y este se sustenta en el pilar de la cultura en el que la lengua ha pasado a ser un elemento definitivo en los últimos siglos. Una nación multcultural solo es viable si el nexo de unión, los intereses comunes, trascienden más allá de esta realidad. No es el caso de España, donde el interés común unicamente se ha expresado históricamente ante agresiones externas. La realidad actual pues, conduce inexorablemente a una espiral de animadversión entre unos y otros nacionalismos. Toca ya que el nacionalismo español tome conciencia de su realidad cultural y emprenda un sano ejercicio de desintoxicación y purga de aquellos elementos que le son ajenos. España debe asimilar la realidad y librarse de viejos clichés aceptandose a sí misma como es, un nación más pequeña en lo geográfico pero más grande en lo sustancial, la unidad y el sentimiento de pertenencia. España debe por tanto iniciar el proceso de separación de aquellos que no la sienten, de aquellos que desean ser una nota discordante continua en la sinfonía patria.

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